jueves, 29 de octubre de 2009

El cuerpo: Testimonio de un modo de pensar el mundo.

Como breve síntesis de los seminarios, charlas, conferencias y mesa redonda se puede decir que la danza ha legitimado hoy un espacio de reflexión en el que se cruzan múltiples saberes. Éstos nos hacen reflexionar y comprender las transformaciones de la Danza Contemporánea descubriendo a través de ella un “cuerpo implicado”.

En el cuerpo se lee una cultura, se escribe una historia, se reconoce un tiempo, se señala un pensar. Estos cuerpos que somos, son resonadores de mensajes, slogans, mandatos culturales, tendencias, permisos, impedimentos y son impregnados a diario por señales que modelan comportamientos y nuevas gestualidades que no son casuales.

El cuerpo se ha convertido en un gran negocio. A su alrededor hay un mercado creador. El cuerpo debe ser imagen de éxito y de un determinado modo porque sino queda fuera del sistema. Hay un mercantilismo y una obsesión por estar en este cuerpo atravesado por mandatos culturales.
Nuestro estar kinetico expresa una fuerte presión del sistema de poder del cual somos víctimas. Por lo tanto, investigar sobre sus causalidades es un desafió interesante para saber qué nos pasa. La danza se ha transformado en una experiencia eminentemente kinetica, motriz, como si el cuerpo se deslindara del yo y se pregunta si la danza tiene que volver a sentir y ser un espacio en donde la interioridad pueda aflorar. Esta danza se ha enquistado en el abuso de la técnica y está vinculada con este cuerpo fuera de su yo.

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